Desde Austria

Tengo ya un mes de vivir en Austria. Estoy en la segunda ciudad más poblada del país pero solamente llega a 250 mil habitantes, asi es que es bastante pequeña. Sin embargo este hecho tiene sus ventajas, como el que todo queda cerca, no hay tráfico y se respira un ambiente de calma y tranquilidad. De hecho puede uno trasladarse fácilmente a pie de un lugar a otro o utilizando el "Tram" el cual yo utilizo solamente cuando tengo flojera de caminar.

Vivo en una residencia estudiantil bastante cómoda. Mi recámara me gusta mucho porque tiene 3 ventanas por las que entra mucha luz y es bastante amplia, aunque la cama es pequeña comparada con la que tengo en mi casa. Comparto el departamento con 5 personas más: un par de chicos turcos, una pareja de gringos (al parecer novios), y un chavo de Bulgaria. Los primeros son muy buena onda pero con la desventaja de que no hablan inglés, solo alemán o turco lo cual limita muchísimo nuestra comunicación. Los gringos son bastante indiferentes y aunque he tratado de hablar con ellos responden con monosílabos asi es que opté por ingnorarlos. El Búlgaro es el más amable y educado, muy hacendoso y compartidor, y bueno además de su lengua nativa solo habla el inglés asi es que puedo platicar más con el que con nadie en mi "Top".

Al principio pensé que sería muy difícil mi estancia aquí, y salvo la primer semana en la que tuve que pagar dos veces sobreequipaje (un ojo de la cara en Guadalajara y en Frankfurt), me perdieron una maleta en el aeropuerto, no entendía nada de alemán ni podía hablarlo (pese a mis 8 meses en el Goethe de Guadalajara), y tuve la peor gripa del año, el resto del mes ha sido bastante agradable y me he adaptado bien.

La gente es suficientemente amable y no tan rígida como en Alemania, aunque ordenados, organizados y parece que honrados. La ciudad es muy bonita y pintoresca, parece sacada de un cuento. Por lo pronto el clima ha estado aceptable frio entre 2 y 15 grados aproximadamente pero amenaza con bajar en los próximos días.

De cualquier manera si extraño México, el idioma, algunas comidas, mi familia pero sobretodo a Juan y al pequeño Jorgito. Al primero lo veré pronto ya que nos encontraremos en Madrid en estos días. Pero al coque tardaré mucho en verlo y eso me parte el corazón.